Nadie sabe si la isla de Tarkovia existe realmente o no. Aparecen referencias a ella en algunas obras literarias de la Rusia del siglo pasado. Se la describe como un enclave misterioso guardado celosamente por un mandril con extraños poderes mágicos y gobernado con mano de hierro por hombres sabios y justos. Un lugar dónde los habitantes tienen la piel roja, los hombres tienen bigote desde que nacen y las mujeres amamantan a sus hijos con el vodka que brota de sus senos.